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lunes, 13 de febrero de 2012

ANTONIO GASSÓ

Antonio Gassó, piloto de caza de la República, sobre 1938




Mi padre, Antonio Gassó Fuentes, nació en Xàtiva (Valencia) el 5-6-1919. Hijo de
ferroviario, la familia se trasladó de residencia en varias ocasiones. El inicio de la
guerra le pilló en Castellón. Era muy joven pero pronto se organizó en la FUE y
posiblemente en las Juventudes Socialistas Unificadas y quizás posteriormente se
afilió al Partido Comunista.

Sin demora -falsificó su partida de nacimiento poniéndose 1 año de más- se
presentó voluntario al Arma de Aviación. Fue a la Unión Soviética para hacer un
curso para pilotos. Al parecer enfermó (en un vuelo se le “helaron” los riñones) y
estuvo ingresado en un hospital, por lo que volvió a España más tarde que sus
compañeros de promoción, sobre comienzos del mes de octubre de 1938.

Cuando regresó, la guerra estaba acabando y el ejército republicano no disponía
ya de suficientes aviones. Lo más probable es que fuera integrado en el cuadro
eventual en Lorca y destinado a vuelos de reconocimiento y defensa de las
costas mediterráneas, profusamente bombardeadas por la aviación fascista
italiana con base en Baleares.

El día 29 de marzo de 1939 pudo zarpar desde Alicante a Orán en un carguero inglés, el
Stanbrook, uno de los últimos barcos que evacuaron a republicanos españoles.
El barco iba hasta los topes. En el puerto de Orán les retuvieron durante un mes aproximadamente, sin alimentos ni bebida suficiente, sin poder asearse ni hacer sus necesidades. Tras la odisea del viaje y el atraque fue llevado, como el resto de refugiados, a
campos de concentración en el desierto argelino. Francia les trató bastante mal,
las condiciones de vida en los campos eran duras, poca comida, trabajos
forzados, castigos brutales, disciplinarios, privación de libertad.

Por documentación he sabido que estuvo durante 50 meses internado en 4 campos:
Camp Morand, Colom Bechar, Foum Defla y Bou Arfa.

A partir del desembarco aliado en el norte de África el desenlace de la Segunda
Guerra Mundial toma un rumbo más desfavorable para el Eje. Muchos militares
franceses dudan, algunos se reconocen partidarios de De Gaulle. El régimen de
los campos se relaja un poco. Muchos refugiados españoles aprovechan para
huir. Mi padre logra en marzo de 1943 pasar Marruecos, protectorado francés, y
poco a poco, gracias a la ayuda inicial, escasa pero valiosa, de otros refugiados
españoles, pudo rehacer su vida. Trabajó en oficios diversos. Dibujaba muy bien
y pudo finalmente establecerse por su cuenta como diseñador y pintor de
murales publicitarios. Al cabo de unos 10 años se casa y tiene una hija.
Marruecos pretendía la independencia de la metrópoli y a finales de la década de
los cincuenta el ambiente contra los franceses y europeos, por extensión, se
enrareció bastante. Los nativos ponían bombas en los mercados occidentales y
realizaban diversas acciones directas contra el invasor. Mi madre convenció a mi
padre para volver a España, cosa que hicieron a finales de 1959. Al cruzar la
frontera a mi padre le advirtieron que conocían su pasado comunista y que se
estuviera calladito si no quería problemas. Ya no levantó cabeza. Vivió amargado
en un país gris, mediocre e injusto. Hasta 1974 que murió en Castellón por un
cáncer de pulmón. Más de un año antes que Franco. Mi padre no pudo ver el fin
de la dictadura. Y yo, que tenía por entonces 19 años, no tuve tiempo de hablar
con él sobre los tiempos republicanos y posteriores en el exilio. Ahora, tras
encontrar un fragmento del diario que escribió durante su estancia en los campos
de concentración del norte de África, trato de reconstruir su historia. De este
fragmento de su diario he extraído la relación de nombres de compañeros del
exilio y de militares y autoridades francesas en los campos.

A través de este blog o de la Asociación de Hijos y Nietos del Exilio Republicano,
me gustaría poder intercambiar información con estos compañeros (o con sus
familiares). O con otros que también estuvieron internados en los campos
norteafricanos. O con compañeros que pudieran haberle conocido durante la
guerra en el Arma de Aviación, o en los cursos de pilotos o antes de la guerra a
través de la FUE u otras organizaciones. O con compañeros de estudios en el
Instituto Ribalta de Castellón. O también de los años del exilio, posteriores a
marzo de 1943, en Marruecos.

En fin, me gustaría publicar el diario de mi padre como reconocimiento a su
lucha, y la de tantas otras personas, contra el fascismo y por una sociedad más
justa e igualitaria.
Laura

mailto:lausat@ono.com

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